- ¿100K?
- nooooooooo.
- 100 metros lisos. Meeting Internacional de Madrid 19 de Julio.
- Cómo ha podido pasar esto????
- Muy sencillo:
- chico corre rápido
- chico ve pasar de largo dos Meeting Intl Madrid por lesión
- chico plantea a chica que quiere correr 100.
- chica le dice a chico que se ha operado del aquiles y que ni de coña
- chico obedece a chica y calla
- amiguito de chico envía tuit así como si nada, con copia de apertura de inscripciones
- chico se apunta a 100ml
- chico se les va a tener que apañar para explicárselo a chica
- chico va a terminar mal si o si
- pero chico correrá rápido
- muy rápido
- y chico tendrá que pedir a su hijo que le enseñe a salir de tacos.
Vamos a cerrar ya este asunto de una vez por todas:
Correr es correr, y correr es correr rápido, lo otro no es correr.
viernes, 27 de junio de 2014
viernes, 13 de junio de 2014
Así en el maratón como en la vida, todo es un juego de Tetris.
Tetris. El jugador no puede
impedir la caída pero puede decidir la rotación de la pieza (0°, 90°, 180°,
270°) y en qué lugar debe caer. Cuando una línea horizontal se completa, esa
línea desaparece y todas las piezas que están por encima descienden una posición,
liberando espacio de juego y por tanto facilitando la tarea de situar nuevas
piezas. La caída de las piezas se acelera progresivamente. El juego acaba
cuando las piezas se amontonan hasta llegar a zona donde se generan (3x5
bloques en el área visible), interfiriendo la creación más piezas19 y finalizando el juego.
En el juego de Tetris no se trata de evitar
que caigan piezas y no es necesario completar todos los espacios en la primera línea. El jugador puede elegir cómo cae la pieza y en qué lugar situarla. Así puedes ir amontonando piezas, sabiendo que lo que liberas ha de ser más de lo que cae,
es una tendencia y dentro de ese camino uno puede ir más ligero en unas
ocasiones que en otras. Solo pierdes cuando el caos te supera.
En Maratón hay espacio
para 42 líneas. Cuando sales tienes todo por delante, empiezas con una primera línea vacía que
enseguida la llenamos de los nervios y de los típicos dolores o cuasi lesiones
que arrastras, pero poco a poco las piernas fluyen y la línea se ordena y
ante nosotros se nos plantea un enorme espacio vacío de 41 líneas. Luego cometes errores, te pasas de ritmo o tomas el gel en el kilómetro equivocado, no pasa nada, pues hay lineas para compensar el error, la cosa está en no acumular demasiados errores.
Cuando se es niño todo está por delante y viendo las cosas caer de muy lejos y con las ayudas de nuestros padres todo va perfecto. Incluso, ya de mayor, los hay afortunados que todo les va de cara y tienen ante sí un universo limpio y ordenable. En mis 42 lineas he tenido pocos planos vacíos, siempre he acumulado más lineas de las que mis espaldas eran capaces de soportar. Unas veces caían de un lado, otras de otro, a veces ocupaban toda la ventana. La cosa es que al paso de las lineas y de los años, 42 en ambos casos, he aprendido que en la vida como en carrera he de sobrellevar un par de lineas de más de piezas mal colocadas, y que pese a ello, la experiencia me ha hecho ver que con paciencia surge la oportunidad de ir colocando lineas. Nunca ligero y nunca excedido.
Ya no me angustio por sobrellevar grandes problemas. Ya no me preocupo de los males del k30, ni siquiera en los del 42. Se esperar al momento mágico en el que seis o siete piezas cubren los huecos de otras y las hacen desaparecer del tablero, por mucho que tarden en lograrse y por muy enmarañado que parezca el tablero; y que la bajada aguarda al final de la subida, donde soltar piernas para recobrar un resuello perdido tontamente. Además, aprendí la lección de no cometer muchos errores a final, pues en ese momento las piezas caen deprisa y tendría poca capacidad de reacción
El maratoniano, y también el hombre no anhelarán caminar ligero, sino aprender a convivir con las cargas, los errores y las debilidades, y a ser pacientes, pues surgirán oportunidades de ir cerrando líneas aunque lleves un tablero diabólicamente enmarañado, siempre se puede abrir algún claro a lo largo del camino.
Maratón, Maratón, Maratón. Es el deporte de la Victoria, que se es más maratoniano cuando se va que cuando se llega, o según el caso, al revés.
Fotografía: Iglesia de Santo Domingo, en Soria. La vida sucede en una serie apretada de casillas, pero de modo ordenado y sucesivo. Primero una cosa y luego otra. Pulsa en la imagen para verla agrandada.
Cuando se es niño todo está por delante y viendo las cosas caer de muy lejos y con las ayudas de nuestros padres todo va perfecto. Incluso, ya de mayor, los hay afortunados que todo les va de cara y tienen ante sí un universo limpio y ordenable. En mis 42 lineas he tenido pocos planos vacíos, siempre he acumulado más lineas de las que mis espaldas eran capaces de soportar. Unas veces caían de un lado, otras de otro, a veces ocupaban toda la ventana. La cosa es que al paso de las lineas y de los años, 42 en ambos casos, he aprendido que en la vida como en carrera he de sobrellevar un par de lineas de más de piezas mal colocadas, y que pese a ello, la experiencia me ha hecho ver que con paciencia surge la oportunidad de ir colocando lineas. Nunca ligero y nunca excedido.
Ya no me angustio por sobrellevar grandes problemas. Ya no me preocupo de los males del k30, ni siquiera en los del 42. Se esperar al momento mágico en el que seis o siete piezas cubren los huecos de otras y las hacen desaparecer del tablero, por mucho que tarden en lograrse y por muy enmarañado que parezca el tablero; y que la bajada aguarda al final de la subida, donde soltar piernas para recobrar un resuello perdido tontamente. Además, aprendí la lección de no cometer muchos errores a final, pues en ese momento las piezas caen deprisa y tendría poca capacidad de reacción
El maratoniano, y también el hombre no anhelarán caminar ligero, sino aprender a convivir con las cargas, los errores y las debilidades, y a ser pacientes, pues surgirán oportunidades de ir cerrando líneas aunque lleves un tablero diabólicamente enmarañado, siempre se puede abrir algún claro a lo largo del camino.
Maratón, Maratón, Maratón. Es el deporte de la Victoria, que se es más maratoniano cuando se va que cuando se llega, o según el caso, al revés.
Fotografía: Iglesia de Santo Domingo, en Soria. La vida sucede en una serie apretada de casillas, pero de modo ordenado y sucesivo. Primero una cosa y luego otra. Pulsa en la imagen para verla agrandada.
sábado, 7 de junio de 2014
De 15 de Febrero a 7 de Junio: de 0 a 20k
Cuaderno de bitácora, año maratoniano 2014, Capitán RA al mando de la USS Tendinosis: se han completado 20k en un tiempo de 2:02 a un promedio de 6.06. Sin dolor aparente en el aquiles, agotado y deshidratado.
He recorrido los 10k de bajada bien, el mundo debería ser todo cuesta abajo (esto lo podéis citar como máxima runner).
Llegué a mi parte preferida de la casa de campo, hacía más de 1 año que no pasaba por allí corriendo. Momentazo runner.
El GPS anunció el paso por el k10 y media vuelta que tocaba subir y sufrir pues ya estaba ahí muy corto de fuerzas.
Mi experiencia subiendo sin fuerzas: paso de contarla, un agobio, cansancio extremo, andando y corriendo.
La barrera de los veinte superada. Muerto no, lo siguiente de lo siguiente. ¿Placer? no, esto no es running, esto es maratón.
¿Por qué lo he hecho? no hay explicación para estas cosas, no hay sentido lógico, pero soy maratoniano y no puedo evitar dejar de hacerlo cada vez que puedo o incluso sin poder hacerlo.
lunes, 2 de junio de 2014
Abdicar de una milla.
No fui. Renuncié, porque no estaba ni se me esperaba. El Rey y yo abdicamos, cada uno de lo suyo. El lo hace por lo que sea, yo tengo mis ....
Excusas:
(las ordeno por números, uno ya lleva años en esto y sabe cómo se hace este tipo de entradas de blog).
1. El jueves intenté hacer series de 1.500, a la tercera tuve que dejarlo porque no podía con mi alma.
2. El viernes lo razonable (dícese "razonable" a todo aquello que suelen hacer los demás y yo no) era no salir. Pues salí. Y puestos a salir, lo razonable (concepto ya definido anteriormente) era salir a rodar sin más.
3. Pues no. Fartlek del bueno, viendo en mi GPS velocidades de sub.4, vi 3.18 que era un chuliqueo en sí mismo. Arreón tras arreón, Montecarmelo es el centro del universo runner, el paraiso del maratoniano, es el final de la media maratón más dura de Madrid, tiene un importante desnivel, con subidas y bajadas, no es fácil de ida ni de vuelta, no hay un metro plano. Y no un rato, no, fueron casi 15k.
4. El sábado la cosa invitaba a no salir y lo razonable era ... lo razo... qué?. Cayeron otros 14k, 7 de bajada a menos de 5 y la vuelta a 7, cuesta arriba. Vacíado del todo. Llegué a casa arrastrándome.
Consecuencia: el sábado por la tarde sentí cargado el gemelo en la zona donde se une al aquiles y por una vez hice eso que hacen los demás, ser razonable, y no fui a la Milla.
Resultado: Pese a todo en el fondo me arrepiento de no haber ido, prueba definitiva del daño que hacen los kilómetros al cerebro del maratoniano. Me gusta poner la máquina a tope en un perfil odioso, eso es lo que tiene esta Milla de El Escorial, pero claro ni ya soy máquina ni la puedo poner a tope.
Pero es un paso hacia atrás que tiene premio, correr mañana.
Pero es un paso hacia atrás que tiene premio, correr mañana.
Ponerme de puntillas y que no duela el aquiles me hace sentir el rey, un rey que abdica o un corredor que renuncia, es pese a todo, más rey más corredor.
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