Se acerca el maratón y es momento de ir pensando en la tirada larga. La tirada larga se dice que sirve para adaptar al corredor de maratón a la larga distancia, por encima de 20 y hasta unos 30, (eso si no hay nadie que diga eso de venga va, 2k más).
No tengo ni idea de la repercusión física que estas tiradas pueden ocasionar, si mejoran mucho o poco, o si son buenas muchas o pocas, y lo único que yo se es que:
- Disfruto correr sin sentido, solo por el hecho de correr largo.
- Cambias la percepción de los conceptos cerca y lejos. Lo que antes era lejos ahora es cerca, y sobre todo, que ya me da igual lo lejos o cerca que esté una cosa de otra.
- Me doy cuenta de qué va este rollo, de dolor en las piernas y de llegar a casa, de que en breve llega el maratón, de que esto es lo que llevo esperando cada día del año, para lo cual salgo por la mañana a correr.
- Siempre hay unos kilómetros en los que pierdo la consciencia de donde estoy y de lo que hago, y de repente es como si despertara de una hipnosis, me veo y siento que de nuevo estoy corriendo.
- Si arrastro alguna lesión me termino de lesionar y salgo de dudas, o si no me lesiono pienso que puede que en carrera no me lesiono, elimino incertidumbres en cualquier cas
Todo esto extrapolado a mi nueva situación:
- Me quedan 8 fines de semana y no soy capaz de hacer mas que 10k seguidos.
- Tengo que hacer 15k los siguientes 3. Luego pasar a 18k por otros 3 y terminan con dos de 20.
- Todo eso si es que aguanta el aquiles, porque la otra opción es llegar con esos 10k de mierda y afrontar el maratón de forma más chunga, si cabe.
- Bajar de peso, por aligerar el aquiles, y carga en rodillas, etc
- Dar gracias a Dios por darme tantas fuerzas para seguir adelante como incapacidad para rendirme.
Ya no pienso ni tomo decisiones, ni siquiera puedo programar mis entrenamientos, y mi voluntad tan solo alcanza a apuntarme a maratones, estoy atrapado en un bucle infinito de intentar - sufrir - maratón - seguir- correr – intentar.
Y me gusta.