Abrí el blog siendo maratoniano, y mientras lo fui, disfruté contándolo, pero tuve que dejarlo por culpa de un aquiles cansado de soportar tantas ilusiones de corredor de maratón.
Tuve la inmensa fortuna de tocar fondo de verdad, cuando llegué a pensar que ya no volvía, que todo acababa. Tuve también la inmensa fortuna de negarme tres veces. a mi mismo, como corredor y como deportista.
Gracias a todo eso puedo mirar hacia arriba permanentemente hasta el objetivo fijado de volver a correr un maratón.
Sí, se lo que quiero, correr un maratón.
Cómo lo quiero, pues gobernando la carrera de principio a fin, con suficiencia. El logro no es terminar, eso cualquier bruto lo puede hacer, correr de verdad un maratón es otra cosa.
Quien lo ha hecho así, sabe de lo que hablo.
Quien lo ha hecho así, sabe de lo que hablo.
Cierro este blog hasta el día en que pueda correr un maratón al modo en el que los maratonianos corren los maratones. Un paso delante de otro, todos ellos medidos, calculados, pensados, economizados, trabajados, entrenados, soñados, generosos, humildes, esforzados y silenciosos. Siendo dueño de mis propios pasos. Todos ellos.
Algo de camino ya lo tengo hecho y seguiré corriendo hasta terminar el trabajo. Y un día, volveré para contarlo, y diré "sí, lo hice de nuevo".
RA