Este 17 de Agosto se cumplirá un año sin disputar una competición.
Acabo de apuntar a mis hijos a la carrera como cada año pero esta vez yo no voy.
A las siete hace calor, los 7 kilometros del recorrido se hacen muy incómodos, pese a ser planos, la humedad no deja respirar y te deshidratas en el calentamiento. Transcurre entre naranjos y la población se vuelca con los corredores en el paseo marítimo, agolpados, como en una subida del Tour en lso Alpes.
Es como todas las carreras, incómoda y dura, terminas mojado por completo y exhausto. Piensas que es mejor hacer rodajes, que competir en el fondo no te lleva a nada, que el dorsal no aporta nada, que correr libre lo es todo.
Adoro esa sensación de dolor y la añoro. Profundamente.