Ayer noche salí a correr con la intención de mantener las buenas sensaciones del pasado lunes e incluso mejorar las cifras pero me encontré fatal, con dolores musculares, abductores resentidos y poca fuerza, no tengo ni idea de lo que me pasa. No sé que hacer, esta noche creo que el cuerpo no me va a agunatar y le debo de dar algo de descanso. Cuando mejor pensaba que estaba me pasa esto, vaya chasco.
Ayer mismo pensaba que podía completar un buen ciclo de entrenamientos pero con días como el de ayer me dan que pensar, puede que no esté preparado ni siquiera para correr habitualmente.
Me ilusionan las metas altas, de las que parecen inalcanzables pero que que se logran con mucho esfuerzo, estoy convencido que esta es mi carrera, aunque quizá lo que no sea es el año.
Me gusta correr por la ciudad, ver a la gente haciendo cosas, los coches, los comercios, todo pasa rápido. Veo que unos se mueven en coche otros en metro o moto, y a mi me gusta pensar que yo viajo corriendo.
Por cierto ayer me comí mi primer plato de pasta pensando más en la reserva de hidratos de carbono que en la salsa. Qué fuerte.
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