KUNG FU PANDA

Me gusta correr, aún con calor, aún con humedad.

Ya se puede caer el mundo, quebrase en dos, incendiarse, helarse, inundarse o cualesquiera catástrofe que pudiera  suceder, que yo corro.

Por definición.

Esta mañana han caido unas series largas y unas cortas:

7x1000,

4.09
4.08
3.52
3.52
3.43
3.52
3.54

6x200:
31
28
30
27
28
24

Cuando el mil lo haces en 3.43 y el 200 lo pones en 24 bajo una humedad aplastante piensas ... la verdad es que pensar, lo que se dice pensar pues poco. Lo que he hecho ha sido disfrutar.

Cuando terminaba el último mil e iba ya mal pensé, este es un momento que me marcará, o soy capaz  de apretar o me hundiré un poco y lo recordaré por mucho tiempo. Apreté y llegué a tope y comprendí que desde ese segundo soy un poco mejor corredor.

También tuve una sensación parecida un día hace cinco o seis veranos que tripitía de paella y que sentí como mi estómago se dilataba como antes nunca había sido dilatado.

A lo que iba.

Curiosamente y si soy sincero he de reconocer que si he experimentado unas sensaciones inigualables han sido con los doscientos. No lo he dicho pero lo digo ahora: han sido en la orilla del mar.

Tras los miles por el paseo marítimo bajo a la playa. Trazo una linea perpendicular a la orilla y salgo a un ritmo muy alto y al llegar a los 30 segundos paro y trazo una segunda raya. Salen como 200 metros, muy aproximados. La arena está lisa, las olas baten y la mañana apunta brillos sobre el mar.

Dejo la camiseta y las zapas, el mp3 también, solo yo y el pulsómetro. No importa la exactitud de la distancia ni el tiempo logrado, es el cómo. Corriendo de puntillas a velocidad máxima, guardando un equilibrio casi perfecto. Me han salido de libro y he flipado en colores con las sensación de velocidad y control. Cuando se corre un doscientos muy rápido y sabes que puedes correrlo aún más rápido te queda una sensación muy parecida a la plenitud. Creo que ya he aprendido a correr rápido sin desarbolarme.

Correr es un placer muy sensual.
Corriendo espero al Maratón que yo más quiero.

La machaca de la Montiel, maratoniana allá donde las haya sabía de esto y con la cancioncita lo clavó.

Nota final: sepia a los tres ali-olis.

Cada día que pasa me siento mas Kung Fu Panda.