Ahora dos si y uno no.

La semana pasada cumplí con el último tramo de la recuperación de la operación, ese que va del cuarto al sexto mes. En este tiempo lo más importante ha sido vigilar que el aquiles evolucionaba o al menos se mantenía y así ha sido.

El traumatólogo se despidió de mí hace tiempo con una advertencia: de febrero a abril mucho cuidado, sin hacer tonterías, luego haz lo que que quieras, a tope.

A tope "a tope" no estoy porque no puedo, pero es el momento de dar un pasito.

Lo habitual ha sido descansar un día después de cada rodaje y no superar los 6k. Ahora veré que tal se da el meter dos diías de rodaje y uno de descanso.

Los rodajes ya no eran de 6k cerrados. Trataré de que al menos uno de ellos sea de 10k o cercano a esa cifra.

Mientras el aquiles y la rodilla lo admita seguiré así.

Nota: lunes 6k y martes 10.5k, y ahora mientras lo escribo pienso en que puede que mañana también salga. Cuando se crea el hábito surgen las dependencias.
Creo que va a ser duro no-correr-por-decisión-propia.

Hoy es el día del libro y este blog es un libro mal echado, como una caña sin gas, o un maratón en día de mucho calor. Gabriel García Márquez se nos fue y desde mi blog le despido con tres recaditos. Uno, que me disgustó Memorias de Mis Putas Tristes, no se si será ficción o no, pero no me gusta la gente que es capaz de habitar esas ideas en su cabeza aunque solo estén ahí para imaginar un libro. Dos, me releeré (por quinta vez) Cien Años de Soledad. Tres, gracias por la frase de El General en su Laberinto.

La luz era una harina de oro que se filtraba por la fronda de los naranjos al cabo de tres días de lluvias, y alborotaba a los pájaros entre los azahares. El general les puso atención un instante, los sintió en el alma, y casi suspiró: "menos mal que todavía cantan".