ZdC es correr como de costumbre para obtener un entrenamiento moderadamente satisfactorio y sin sobresaltos.
Lo vengo haciendo desde que me operé del aquiles y gracias a esas precauciones consigo ir mejorando poco a poco a la vez que el pie se adapta con naturalidad a correr regularmente.
Pero a veces .... quieres correr dejándote el alma a cada paso, repartiendo migajas de vida sobre el suelo, como si algún día las fueras a necesitar, como si fueran las migas de pan que Pulgarcito dejba a lo largo del camino para volver a casa
Para esas cosas tengo un recorrido particular de 10k aunque esta vez quedaron en solo 8k y se reparten los kilómetros de un sube y baja muy marcado. Suelo empezar fuerte y la primera bajada me dejo caer hasta los 4´ y normalmente a medio camino ya voy fundido y bueno, cuando llego a Montecarmelo me entra la risa floja.
Ayer lo que hice fue salime de la ZdC, eso si, los excesos se pagan y ahora tengo una pequeña sobrecarga en el aquiles (el no-operado) que me obligará a tomarme las cosas con tranquilidad por unos días.
Jugársela con el aquiles es como ponerse a hacer malabares con la porcelana de la abuela en presencia de la suegra. Mal por hacerlo, pero será mucho peor si se jode algo.
jueves, 19 de febrero de 2015
lunes, 16 de febrero de 2015
Goooooooooood Vibrations.
Tras la media de Fuencarral hice un descanso de dos días, por si las moscas. Salí el miércoles y bien; salí el jueves y bien; salí el viernes y aún mejor. El sábado y el domingo lo dediqué a ser porteador de atleta y descansé.
Hoy lunes he salido. El ritmo medio no dice mucho, y la velocidad máxima tampoco, salvo por un pequeño tramo de ultra-chuliqueo.
Lo reseñable ha sido rodar echando los pies al suelo con decisión y ganas, sin que algún dolorcillo me diera toques de atención.
Se que mañana puede aperecer un pinchazo en el aquiles, o una ligera sobrecarga en la rodilla o ese puntito de dolor cabrón en el hueso del talón, pero hoy no. Hoy ha sido un placer correr, tanto que lo he celebrado con un 100ml explosivo y rabioso, resonando en la soledad de la mañana un grito de júbilo.
No es que corra rápido, es que soy rápido, soy el hijo del viento, bueno, no tanto, más bien el cuñado de la tía segunda del hijo del viento. Venga va, no soy descendiente de nada del viento, pero he visto mucho atletismo por la tele, que eso cuentará para algo, digo yo, y ya no como como ..., bueno, que lo de la tele y ya.
jueves, 12 de febrero de 2015
Corredor con ganas de contarlo.
Me sigo encontrando gente con ilusión por lo que hace.
Ella cuenta lo que hace, dos días de 14k y un tercero de tirada larga. Otro sale a rodar cada vez que puede que ahora es poco. Yo con lo mío.
En todos ocurre lo mismo, hay más de lo que se cuenta, se piensa en lo que se va a hacer y en las ganas que se tiene de que ocurra.
El miedo a la primera media maratón, el cuidado que pone el otro en sus 10k, y otras conersaciones que he tenido recientemente con otros amigos, corredores más avezados, tratan de lo mismo, correr y el impulso de decir que se corre.
No me importa cómo lo llames tú a lo que haces, ni en que fase pieneses que estás como corredor, si lo tuyo es el rodar, el maratón, la cinta de correr o la pista, lo que me llama la atención es el impulso irrefenable a decir que lo estás haciendo, y no se limita a decirlo, no es una severación literal, todo lo contrario, va cargada de una intencionalidad evidente, el "y voy a seguir haciéndolo y te lo cuento".
Correr es todo ese engranaje natural, erróneo en ocasiones pero siempre humilde y humano, es esa cosa nuestra, correr es solo correr pero te la cuento porque de algún modo correr me transciende, es un algo más que me gusta y como me gusta contar las cosas que me gustan pues te lo cuento.
Me gusta correr.
Ella cuenta lo que hace, dos días de 14k y un tercero de tirada larga. Otro sale a rodar cada vez que puede que ahora es poco. Yo con lo mío.
En todos ocurre lo mismo, hay más de lo que se cuenta, se piensa en lo que se va a hacer y en las ganas que se tiene de que ocurra.
El miedo a la primera media maratón, el cuidado que pone el otro en sus 10k, y otras conersaciones que he tenido recientemente con otros amigos, corredores más avezados, tratan de lo mismo, correr y el impulso de decir que se corre.
No me importa cómo lo llames tú a lo que haces, ni en que fase pieneses que estás como corredor, si lo tuyo es el rodar, el maratón, la cinta de correr o la pista, lo que me llama la atención es el impulso irrefenable a decir que lo estás haciendo, y no se limita a decirlo, no es una severación literal, todo lo contrario, va cargada de una intencionalidad evidente, el "y voy a seguir haciéndolo y te lo cuento".
Correr es todo ese engranaje natural, erróneo en ocasiones pero siempre humilde y humano, es esa cosa nuestra, correr es solo correr pero te la cuento porque de algún modo correr me transciende, es un algo más que me gusta y como me gusta contar las cosas que me gustan pues te lo cuento.
Me gusta correr.
lunes, 9 de febrero de 2015
La mejor carrera de mi vida, otra vez en la Media Maratón de Fuencarral El Pardo.
En la Media Maratón de Fuencarral El Pardo las verdades como puños son:
1. Es dura.
2. Es difícil de correr.
3. Es rápida.
4. Es lenta.
5. Tienes que llevar táctica.
6. No puedes dejar de pensar.
7. Has de conocer el recorrido.
Cuando la prueba a la que nos enfrentamos es aparentemente complicada y la
superamos nos hace sentir muy bien, pero siendo corredores ese sentimiento te
lleva además a una curiosa experiencia, que es la de estrechar ciertos lazos
afectivos con la carrera. Hace unos años ya hice mi mejor allí y eso unido a
que acaba en la pista de Atletismo de mi club, a que pasa junto a mi casa, a
que recorre parte de mi territorio de tirada larga y que su tramo final
discurre por mi zona de rodajes habituales hace que la cosa cobre cierto
relumbrón. Es muy fuerte que donde más disfrute corriendo sea en ese sitio pero
es cierto, soy carne de cañón de esa Media Maratón y me gusta.
Sabiendo estas premisas, contaré la que creo que ha sido la mejor carrera
de mi vida (de nuevo).
Salgo de casa y me encuentro al colega de entrenamientos con su gripe y una
herida en el tobillo que se acababa de hacer al salir de su casa, como la carrera
está al lado de casa apuramos mucho la hora (al final hizo 1.34). Pasamos por casa de lo otros dos
amigos y a buscar el dorsal.
Pese a que hacía un frio pelón de -1º yo no tenía sensación térmica de
frío. No paso a saludar a los del club, quiero ir solo a hacer mi carrera. Ya
les veré después.
En el lio de la salida les pierdo. La salida es junto a la puerta de mi
club. No es que mole, lo siguiente.
Paso por la linea de salida y conecto el GPS. Aunque ese gesto lo hago a
diario cuando se hace en carrera es muy emocionante, sobre todo cuando no lo
hacía desde la Media Maratón de Getafe de 2012.
Tiempos de paso.
5.22
5.06
4.56
4.53
4.43
4.50
4.34
5.04
4.53
5.11
5.20
5.16
5.51
5.39
6.04
6.35
5.01
4.27
5.43
6.02
6.22
Los
primeros kilómetros son de acoplamiento. De mirar mucho cómo va el pie, tanto
el aquiles como el talón, y tratar que en la medida de lo posible la zancada
salga mínimamente fluida.
La
cena del día anterior (la misma piedra donde acostumbro a tropezar, y a
sabiendas) extrañamente no supone ningún problema, ni me siento pesado
(estándolo) ni voy torpe (siéndolo).
Extrañamente
fluyo a ritmos medios. Mentalmente me fijo un reto: no desgastarme
innecesariamente ahora porque se el lugar correcto para hacerlo: en la bajada
de El Pardo.
En
el tercer kilómetro comienza la escabechina de novatos. Una gran bajada en la
que el cuerpo te pide dar cera, pero si en el kilómetro 8 estas fundido la
minutada de la cuesta de El Pardo es antológica.
En
esta carrera puedes ir lento pero si conservas las fuerzas para lanzarte al
final.
Paso
el primer avituallamiento y el agua está congelada. Dos sorbos y la dejo. No
volveré a beber, son solo 21k.
Cuando
termino de bajar me junto a un grupo de corredores a 5´ y me uno a ellos un
rato. Veo que mis pies van bien, no hay sobrecarga y que no ha habido
desgaste físico. Abro un gel (comprado el día antes) y guardo la tapa en
forma de bolita en el bolsillo de mi pantalón (tirar las cosas al suelo está
mal).
Me
descojono porque en la semana anterior no fui capaz de hacer 7k en dos
ocasiones y ahora iba bien pasando de la decena.
Cuando
has corrido por esos sitios en competición y en tirada larga, solo, con
gente, con amigos, con compañeros de club, vamos, de todas las formas
posibles, se te queda grabado a fuego cada cuneta, cada curva y cada repecho
del recorrido.
Antes
de llegar a El Pardo me recompongo y tiro con precaución, me acabo el gel y
lo tiro a la basura.
Al
girar donde el cuartel me clavo en los 6 minutos sin ápice de vergüenza
torera y me pasa medio pelotón.
Pasito
a pasito, eligiendo ciudadosamente la cadencia, el lugar y el modo donde
pisar. No dejo que se me suba ni una pulsación, mantengo el exacto nivel de
esfuerzo. Y van pasando corredores.
Las
cuestas se suceden una detrás de otra. Parecen inacabables.
A
medida que subo, voy alcanzando a los que me pasaron un poco antes y me digo
a mi mismo que lo estoy haciendo bien y que mi cuerpo me deja hacer lo que se
hacer.
Pacientemente
llego a lo más alto a paso de tortuga.
Ese
punto es el lugar donde generalmente nos damos la vuelta en las tiradas
largas. Si, allí donde la gente acaba exhausta yo pienso que vuelvo a
casa, y ya sabes que así se corre diferente.
En toda carrera hay una parte donde vas y otra donde vuelves. Cada una se corre con un sentido propio.
A
medida que la carretea pierde su inclinación mantengo el mismo nivel de
esfuerzo, jodidamente clavado, lo que antes me llevaba a ir casi andando
ahora el desnivel favorable me lleva a dejarme caer con rapidez, me sitúo a
la izquierda de la hilera de corredores y comienzo a darle cera de la buena.
No hay dolor, es cuesta abajo y estoy en competición, así hasta alcanzar un
kilómetro a 4.27.
Y
me vacío.
Llegando
a Montecarmelo saco el segundo gel, comienzo a tomarlo pero lo tiro a la
papelera nada más empezarlo, esto ya no consiste en "poder" ni en
"querer", esto va de volver, en el sentido amplio y profundo de la
palabra.
Subo
Montecarmelo como una tortuga a 6 minutos, encaro Tres Olivos y eso ya es
pista de atletismo en mi mente.
Paso
delante de casa, me acuerdo de lo malos meses pasados, de las muletas, del
walker, de no poder andar, de ver las maratones pasar y sin fuerzas de
ninguna clase nos metemos en la pista del club, toco la blandura de esa pista
humilde y parcheada, y pongo ritmo de 400ml (chuliqueo), paso de la calle 1 a
la 2 y de ahí a la 3, vuelvo a la 2, paso por la curva, me abro y con el
último suspiro tomo la decisión más importante de la carrera .....
¿corazoncito o Bolt en la entrada a meta?.
La
respuesta en el 1.55.08, el tipo de gris con barba.
|
Neto: 1.53.40.
viernes, 6 de febrero de 2015
Esto son dos cojos, un ultra y un griposo que se han apuntado a un medio Maratón en Fuencarral El Pardo.
Ese fistro de corredores de la pradera que se apuntan a una carrera, va uno y dice que la operación de la rodilla no le deja doblar la pierna. Por la gloria de mi madre, que el otro va a 4.30 sin darse cuenta pero que ahora le quema el pecho y no puede respirar que hasta ha parado dos días cosa que no lo había hecho jamás; y bueno el de los ultritas dice que ahora no se sale de las narices correr rápido (pudiendo), que él va a 6 ó 7 y que no le toquen las narices que si quieres correr pues que ¡hala!, ahí tienes la calle.
Y yo viendo cómo se puede poner la cosa, cuatro cuarentones, sorry, un cuarentón y tres cincuentones, les digo que pasemos de la carrera, que va a hacer mucho frío para ir a medio andurrear por esas cuestas porque el menda a nada que le duela huesitos, tendoncitos o rodillitas se hace el atillo y se va pa´casa, aunque su mujer ya le ha dicho que de rajarse que sea a partir de las 11 que si no no sale de casa a buscarme aún me esté muriendo, que hace mucho frío.
Tosiendo, cojeando, croqueteando, patapalo-andando llegaremos a la meta, porque si hay una cosa que mola como lo es el empezar a correr, hay otra que acojona y compromete mil veces más, que es la de que cuatro amigos se junten en la linea de salida de la media maratón de casa por última vez.
Venga va, la penúltima. Antes muertos que parados.
Joder, vaya tropa.
Y yo viendo cómo se puede poner la cosa, cuatro cuarentones, sorry, un cuarentón y tres cincuentones, les digo que pasemos de la carrera, que va a hacer mucho frío para ir a medio andurrear por esas cuestas porque el menda a nada que le duela huesitos, tendoncitos o rodillitas se hace el atillo y se va pa´casa, aunque su mujer ya le ha dicho que de rajarse que sea a partir de las 11 que si no no sale de casa a buscarme aún me esté muriendo, que hace mucho frío.
Tosiendo, cojeando, croqueteando, patapalo-andando llegaremos a la meta, porque si hay una cosa que mola como lo es el empezar a correr, hay otra que acojona y compromete mil veces más, que es la de que cuatro amigos se junten en la linea de salida de la media maratón de casa por última vez.
Venga va, la penúltima. Antes muertos que parados.
Joder, vaya tropa.
lunes, 2 de febrero de 2015
Tirada larga
No tengo fos de berenjenales pero sí una muy ilustrativa de muro y nieve. |
El domingo la tirada larga alcanzó los 13k entre 5´ - 5.30´ y a casa. Mucho aire de cara a la ida y a la vuelta también.
Saco del "baúl de los recuerdos" las Nike Pegasus GTX. Son neutras, duras y molonas, las reservaba para la nieve pero esta batalla que libro contra mis pies me está haciendo tomar medidas desesperadas. Las LunarGlide son estupendas pero no consigo adaptarme bien. Probé con y sin plantillas, cambié de zapas y ahora con estas y al final el pie molesta por mil sitios. Con unas duele de aquiles, con las otras los gemelos y el talón y las rodillas. En fin, un desastre en el que no se ya cómo acertar. Y mientras pienso en todo esto, me entra la risa floja al acordarme que el domingo tengo medio maratón.
Pienso incluso en no ir. Tengo una semana para adelgazar (que ni de coña), para restablecerme del todo de estas molestias y para coger la forma óptima que necesito para acudir en condiciones de sostener al menos un 1.50 o un sub2h. Vaya panorama.
Correr con molestias es mal correr. Al minuto de salir las sensaciones son de "k40", todos los días, todos los kilómetros. Pero puedo salir a correr.
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