Casi había olvidado cómo es el subidón de endorfinas, es una maravilla, y te hace darte cuenta que tu cuerpo responde bien a los entrenamientos y que físicamente estás bien.
Esa sorpresa me llevó a empezar a trabajar series y a lanzarme a empezar las tiradas largas (la primera subí de 10 habituales hasta los 12 kilómetros), terminando en ambos casos con buenas sensaciones.
Vale que me he dado un alegrón porque he salido del pozo, aunque realmente nunca he estado ahí. Me he dado cuenta que de empezar desde cero hasta coger una buena forma, ganar elasticidad y quitarme los quilos de más es un trabajo siempre a mejor, en progresión ascendente y contínua, solo se mejora.
Ahora he llegado a un momento en el que puedo completar cualquier carrera en condiciones, desde la Milla hasta el Maratón y que me tengo que reconocer en mi estado actual, que es el de corredor lento (5.05 en 10.000) y relativamente corpulento (1.78 y 77 kg), y que toda mejora será paulatina y de pequeña dimensión.
Ahora más que nunca tengo que ser paciente y constante, y mi logro será aprender a correr.
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