miércoles, 21 de octubre de 2009

QUE DIOS ME REGALE VOLUNTAD QUE CUERPO NO QUIERO

Si empecé a correr tras las vacaciones del año pasado, eso quiere decir que ya he cumplido un año corriendo. Para mi esto es una dependencia y me cuesta pensar si es positiva o no.

Por un lado, no se puede decir que lo que hago sea para mejorar la salud, no al menos en sentido estricto, lo que hago sobrepasa ampliamente las necesidades de salud.

Si eso fuera así saldría tan solo de dos a tres veces a la semana a trotar para no más de 30 minutos y posiblemente combinaría con natación y bicicleta e incluso caminar.

Ahora estoy pasando de 3 a 4 días a la semana (ó 5 incluso), los martes 50´, jueves 50´ y viernes (50´)y subiendo la tirada larga de 15 a 20 kilómetros y si hay suerte en el gimnasio unos 20´y unas series de pesas para cuádriceps. No tengo un entrenamiento modélico porque de por sí soy ácrata y en esto no lo iba a ser menos, pero no perdono el día de entrenamiento ni soy rácano con el esfuerzo, salgo y lo doy todo siempre ya nieve, truene, haya terremoto o huracán, incluso cuando la mujer se queja, que es el peor de todos los fenómenos catastróficos naturales.

O sea, que por la salud no es, entonces ¿porqué corres Forrest?.

Mi respuesta no la tengo definida en palabras pero tengo un pensamiento que lo define claramente: desde pequeño siempre prefería jugar con el equipo más débil, cuando peor fuese o mejor el contrario mejor, más duro sería el partido, más tendría que exigirme y más dificil sería ganar, casi imposible.

Lo que me divierte es poner a prueba mi capacidad de sufrir.

Joder que mal suena. ¿Es eso sano?.

Hay contrapuntos, que son la obtención gradual de marcas, donde esa lucha contra las propias limitaciones, aunque llegará el día en que eso deje de ocurrir por lo que tengo claro que eso no puede ser la fuente de compensación o de equilibrio.

Con esto claro trato de entrenar mejor, de mantener mi cuerpo en mejores condiciones, se que yo estoy antes que el running y que lo que de verdad este deporte "regala" es la posibilidad de cumplir los sesenta años con las zapas puestas en una linea de meta.

Cuando pienso en los grandes atletas no me causan ni la mitad de admiración que la panda de abuelos que corren en las mismas carreras que yo, a unos Dios les ha regalado un cuerpo y a los otros una voluntad.

5 comentarios:

  1. Grandes pensamientos RA, estoy deacuerdo contigo, es importante el entrenamiento para encontrarse bien pero hay que saber poner los limites y no permitir que esto se convierta en lo más importante de tu vida, es algo que debe ayudar a tu salud y así poder compartir con los compis los entrenos, carreras, lesiones...etc.

    Un saludo
    Quique

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  2. Buen planteamiento, hay que encontrar el equilibrio, aunque ya te comento que no será del todo sano pero que cantidad de bien nos aporta en otros niveles y que bien nos hace sentir el superarnos cada día, luchando contra nuestros propios límites pero sin que ello nos dañe, ya que al día siguiente queremos salir de nuevo y hay que estar bien. Saludos!

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  3. Al final he llegado a la conclusión de que eso de correr es un sentimiento, una filosofía, y cada uno lo siente y lo vive a su manera; no hay una sola definición; hace años que he dejado de preguntarme por qué corro; simplemente lo hago y eso me basta; un abrazo y como siempre digo, te sigo leyendo.

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  4. Yo soy del club de los de la voluntad. Muy interesantes tus reflexiones. La verdad es que creo que lo que no es salud es el deporte de élite, esta gente acaba machacada muy joven, en cambio, nosotros sí seremos de esos con curentiveinte o cuarentitreinta que podremos seguir usando nuestras zapas. Tuve suerte de conocer a gente con 70 y más que corrieron en la subida al Monte Aloia en julio y te aseguro que fue un placer correr junto a ellos. Además, tengo que reconocer que aguantaron mejor el tirón final y llegaron antes a meta. Mua y ánimo en tus próximos proyectos

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  5. Como dice Manuel esto es una filosofía de vida. Cada uno llega de manera diferente pero incorporamos esta actividad a nuestra vida, a veces de un modo que puede parecer obsesivo, por se una necesidad. Pero es una necesidad siempre placentera, puede que no durante la misma,pero si al mirar atrás y ver lo que has hecho.

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