miércoles, 26 de noviembre de 2014

43 AÑOS CUMPLIDOS AUNQUE CONTADOS DESDE LA SANSILVESTRE DE 2.009

Hoy que cumplo 43 años, recuerdo con nostalgía el día que nací.

Nací un 31 de diciembre de 2.009, en una tarde alegre sobre el frío asfalto de Madrid, un corto viaje en tren me dejó a las puertas de la carrera más grande celebrada en España, la San SIlvestre Valleana.

Julio iba a mi lado y la multitud también, y entre uno y la otra terminé dentro de la segunda. Cuidado con las cuesta, guarda para la cuesta¡¡¡ decían los agoreros del lugar.

En esa época las cuestas aún me causaban respeto y todo me asombraba, pero lo que más era ver a ciertos corredores que de un modo peculiar transitanaban entre nosotros. Pasos decididos, vista al frente, gesto alegre, despreocupado, en búsqueda, ritmo vivo y grupo menudos pero ordenados e inexpugnables. Son imposibles de confundir, discurren por el mismo asfalto pero hacen otra cosa diferente.

Algo más tarde pude saber que como todo en la vida las cosas no son iguales pero que en esto de correr nos respetamos al máximo. No porque nos admiramos de las marcas de otros o porque haya participado en las pruebas que uno soñaría. No es por eso, en verdad es que nos respetamos porque nos apreciamos en lo personal, a nivel afectivo directo. Cada vez que un corredor se anima a dejar su perticular y breve reino de sedentarismo me está ayudando a que lo imite, sus logros cuestan tanto como los mios y la felicidad por el trabajo bien hecho es idéntica, y la que yo sentía me la multiplica. Si, somos la misma cosa haciendo la mismas cosas pero de modos diferentes.

De aquella carrera vinieron estos lodos, riadas de ellos. Acudí feliz a Maratones y sali de todos ellos portando una bandera invisible, la de Maratón. Ondea sobre mi ventana, la llevo a las reuniones, a los juegos con los niños, al Mercadona y hasta al Ikea. Every thing is Marathon.

Ahora me apunto a esa carrera, olvidada y ajena, que fue capaz de crujir la presa con un mero hilo de presión. Esta vez vienen mi hijo y mi hermano.

No somos buenos corredores pero lo llevamos en la sangre, somos familia de quinta generación de deportistas, puede que sea de las únicas en España. Mi hijo, yo, mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo hemos concedido carreras hechas a fuego para alimentar a miles de locomotoras, y si hemos hecho deporte ha sido como forma de vida, unos mejor que otros pero sin duda lo que nos mueve es la pasión, lo que nos da y lo que nos permite dar cuando estamos haciendo deporte.

Correr nos concede hacernos mejores y hacer mejores a los demás, en eso reside la perfecta visión de lo deportivo.

7 comentarios:

  1. Felicidades, a festejarlo con una tiradita.

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  2. Lo primero de todo. Felicidades.
    Una curiosidad. ¿sabes que la San Silvestre 2009 fue mi primera carrera? Pero nunca la considero como tal. En esa época sólo iba a spinning y corría algo en cinta. Sin orden ni concierto. Pero terminé medio dignamente aquel 5kms.

    Me gusta mucho tu entrada. Mucho
    Un abrazo

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  3. La pena de cumplir 43 es que dejamos de tener 42 que a lo maratonianos nos mola mucho.
    Familia que corre unida permanece unida

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  4. Felicidades amigo, aunque retrasadas. Estás hecho un chaval!!!

    Un abrazo

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  5. Felicidades por duplicado!!! Somos casi de la misma quinta, 45 años cumpliré como humano en 2015 y nací como runner a finales de 2008, en una Jean Bouin también multitudinaria... :)

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