viernes, 12 de marzo de 2010

NIKE LUNARGLIDE



En la sesión rápida del miércoles pude comprobar que las Vomero no son unas zapas rápidas. Esto además de redundante, es de sobra conocido para cualquier corredor que se haya molestado en ver su peso, altura y amortiguación, y si además en su armario tiene unas LunarGlide, las Pegasus GTX (I love GoreTex), y las Skylon, pocos, o casi nadie podrá entender qué hago con ellas todos los días y para competiciones de todas las distancias y terrenos.

La explicación es que soy "animal de costumbres", y que a las Vomero las debo mucho de lo que he conseguido, cuando mis piernas están mal ellas están siempre ahí, cuidándome, esperando sin pedir nada a cambio, siempre que paso de 25k saca lo mejor de sí misma, una fantástica amortiguación delantera.

No es que me fije solo en su delantera, que conste. He de reconocer que he tenido experiencias con otras pero no han sido satisfactorias, la emoción de una nueva aventura, pero solo era atracción física, no había nada más.

Tuve algo más serio con las LunarGlide, empezó con una gran atracción, hicimos enseguida un viaje a Valladolid después del verano, para conocernos mejor y eso, ya sabéis. Estuvo bien, he de reconocerlo, aunque no terminé del todo bien, una ampolla en el lateral y una lazada suelta a dos kilómetros de la meta. Supongo que fue muy precipitado, no nos conocíamos mucho y nunca habíamos estado tanto tiempo juntos.

Cuando volvimos a Madrid nada volvió a ser lo mismo, cada vez que salíamos las sensaciones eran a menos, algo de falta de sintonía y otro poco de flojedad, casi nunca entrenaba con alegría. La verdad no se si era por mi o por ellas, la verdad, prefiero pensar en que no hay culpables.

Volví a Vomero, y no hubo recriminaciones, nada que echarnos en cara, tenemos una edad en la que las palabras sobran, nos entendemos, son muchos los kilómetros compartidos desde Enero de 2.009. En estos trece meses ha habido de todo, ratos buenos, y no tan buenos, y aunque nos entendemos bien hay cosas que me cuesta decir. Noto que ellas ya no son son como cuando nos conocimos, la pisada ya no es igual, han perdido parte de su firmeza inicial, ahora está todo muy blando, la transición de la pisada se hace demasiado profunda, casi no queda nada de esa amortiguación firme y turgente del principio, ahora tiene la amortiguación delantera como "caida" y sin forma.

Ahora he vuelto a salir con las LUNARGLIDE, nos hemos dado una nueva oportunidad.

Ayer salimos juntos y bien, 61´, 11.44k a 5.20, con ritmos iniciales muy altos, por debajo de 4.20 varios kilómetros. Eso sí, ayer era el tercer día de entrenamiento seguido de ritmo alto y lo noté, tanto que tuve que intercalar tramos andando en lugar de recuperar al trote y la vuelta a casa fui especialmente despacio.

No quiero separarme de las Vomero pero esa relación está en una vía muerta, sin salida, y mi vida ha de seguir, no puedo parar. Su último viaje sera Mapoma, se lo he prometido, y aunque ya no están para esas cosas creo que se lo debo, por todo lo que me han dado, por lo que son, ... por lo que soy.

9 comentarios:

  1. A mi me pasa algo parecido con las Nimbus, me han llevado a maratón, ya tienen más de 1000 km pero me da no sé qué dejarlas

    ResponderEliminar
  2. No estoy muy informado pero me han dicho que en las tiendas te pueden vender la misma zapatilla que usabas sin recargo alguno.
    De todas formas yo te hacía correteando con unas sandalias de esparto.

    ResponderEliminar
  3. Y es que el corredor es infiel por naturaleza. Vemos un nuevo anuncio de una tía buena y nos tiramos a sacar 120 EUR de la cartera para comprarnos el nuevo modelo chupi-guay, vivimos una aventura rápida extra-matrimonial, pero luego nos arrepentimos y volvemos a nuestra marca y modelo de siempre. Buen post, muy simpático.

    ResponderEliminar
  4. Así es, siempre volvemos a casa. Unas cuantas marcas son las que he probado y al final siempre acabo en la misma y con alguna molestia motivada por la anterior marca. Te entiendo perfectamente.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Cómo vas? Yo tengo las Lunar como segunda zapatilla y estoy bastante contento. El lunes adquirí unas Atlas+ que me han recomendado porque las Mizuno Wave se me hacen pesadas. No he probado las Vomero aunque son parecidas Atlas.
    Lo importante es disfrutar de una buena relación, si se puede, si no lo mejor es cortar porque no es cómodo moverte en mala compañía.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Estas relaciones tan turbulentas acabarán por levantar ampollas.

    ResponderEliminar
  7. Muchas veces más vale viejo conocido que nuevo por conocer.
    Bonito post,
    bss
    Tania

    ResponderEliminar
  8. Muy buena entrada RA,

    yo llevo muchos desengaños con mis zapatillas, ya no sé si el promiscuo soy yo o son ellas.

    ResponderEliminar