Esta semana he corrido sobre los 95k, un gran registro para mí, sobre todo por la intensidad de alguno de los entrenamientos. En mis previsiones 42 de esos kilómetros deberían haberse efectuado sobre el Maratón de Castellón pero no pudo ser. Desde aquí mando un saludo a todos los fenómenos que han podido participar de esa carrera.
Lo que me deja esta semana son dos grandes misterios:
1. No estoy cansado, sino todo lo contrario.
2. He subido de peso ... jodidos turrones.
Cumplo la máxima de Dan Karnazes, ¿por qué comer cuatro trozos de turrón cuando puedes comer cuarenta?.
Lo importante de comer turrón es no subirse de pulsaciones. Un comedor no experto tenderá a ponerse hasta las trancas de la primera tableta de turrón abierta y llegado el momento en que todas se abran ya no podrá comer ninguna más. Por ello es importante mantener el ritmo aprendido de todos estos meses, no pasarse al principio y darlo todo cuando estés llegando al final.
Otro error muy común es ponerse hasta las trancas de turrón en las primeras semanas de Navidad. El comedor de turrón experto sabe que en la primera semana de enero casi todo el mundo ya está harto de comer turrón y que las bandejas suelen quedar repletas de todos aquellos turrones que no han sido capaces de asimilar, y por ello, mientras el novato queda ahíto antes de Nochevieja, el experto puede comer a placer sin limitación ni competencia cuando va a casa ajena incluso pasado el día de Reyes. De hecho suele ser animado a comerse todo el turrón que el anfritión sabe que no va a poder comerse, hecho que personalmente he conseguido muy entrado en Febrero.
En la dieta navideña evidentemente no solo hay turrón. Un comedor de Navidad con experiencia sabe que también hay polvorones y otras variedades de productos navideños y por lo tanto deberá equilibrar sus comilonas con cuidado de no perder nada.
Realmente la dificultad más seria que nos vamos a encontrar es compatibilizar turrones con cordero lechal. La combinación de unos y otro es esencial. Aquí no hay trucos secretos ni artificios que nos ayuden a superarlo, tan solo nuestra capacidad de aguante será la que nos lleve al éxito, y eso no se entrena, se nace con ello.
Born to be "tripas".
Ay, ¡cuantos comedores he visto en mi dilatada carrera desfallecer con el cordero y quedar sin ganas en los turrones¡. En fin, una pena.
Bueno, tan solo queda daros un consejo. Si no se consigue hacer una buena comilona a la primera no pasa nada, tienes nuevas oportunidades poco tiempo después. Eso sí, la satisfacción de haberse puesto hasta las trancas en cada comida, permanentemente, no tiene precio.
Y en Navidad también se puede correr, o algo así. Tengo previsto pedir a las casas de ropa deportiva que diseñen la MALLA-FAJA, a Nike que incluya un suplemento en la cámara de aire de sus zapatillas para el sobrepeso de navidades, y llamarlas algo así como la AIR-LORZAS, o la LUNAR-JIJONA.
Solo unos pocos nos dio Dios ese Talento, aquí no hay atajos ni trampas, ni EPOS ni leches, o se tiene gula o no se tiene.
ResponderEliminarCon lo del cordero lechal me atrevería a plantarte cara pero con los 95 km semanales ni de coña.Impresionante
Veremos los 30K el día después de una comilona de las tuyas, y si no tiempo al tiempo.
ResponderEliminarA mi el cordero me gusta mojarlo en clembuterol.
ResponderEliminarLe da un saborcillo dulzón.
Nota del autor: de los tres primeros comentarios a esta publicación dos de ellos son efectuados por Alex y por Risco, toda una declaración de principios.
ResponderEliminarPero bueno ¿ya has empezado con el turrón?
ResponderEliminarY como dice Risco, el cordero más sabrosdo es el de Irún.
Salu2-G
En navidad uno se come unos buenos corderos o gordísimos entrecot. Eso no se puede perder. Pertenecen a la colección de maravillas de la vida junto al correr y hay que saber combinarlas.
ResponderEliminarYo siempre tengo hueco para el turrón...aunque cuando muchos lo comen, yo sigo con mientrecot...con el segundo vaya...
¡Un abrazo!
Menuda tesis más bien defendida. Cómo eres Ra, te eché de menos en Castellón. Me hubiera encantado conocerte pero confío que ya será.
ResponderEliminarMuy buen kilometraje, joder! ya estás casi con semanas keniatas de verdad. Tal como va la cosa Mapoma va a ser para ti una como una volta a peu.
Turrón, lechal, peso, masa, aceleración, velocidad... Hay que tenerlo en cuenta amigo.
Saludos y por supuesto no te la echo, ni a correr ni a comer.
Cuídate
Por suerte el turrón no me gusta mucho :-)
ResponderEliminarY los vegetarianos abstemios a los que no nos gusta el turron, que hacemos... Navidad es mala época
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Jejeje, estoy imaginando unas buenas series de turrón o un fartlek con polvorones... :)
ResponderEliminarMayor es mi desafio..., los excesos que comentas y sin running.
ResponderEliminarYa he pedido a los reyes unas AIR-LORZAS, para la vuelta a los entrenos. Sin duda una gran idea.
Bien, debo reconocer que son unas apreciaciones muy doctas
ResponderEliminarAunque ante un cordero con pan de pueblo, vino y patatas panadera, que le den al turrón
Qué cruz las Navidades
Genial entrada...
ResponderEliminarYo dejaré pasar la bandeja repleta de turrón y polvorones, pero tomaré cordero, con vuestro permiso.
Si señor, son muchos los llamados pero pocos los elegidos al placer de las buenas “farturas” que decimos en mi tierra.
ResponderEliminarHay un restaurante en Asturias con menú único, que te iba a gustar. 1º Pote Asturiano (berzas, fabes, patatas y su compango, 2º Huevo frito, picadillo de chorizo y patatas fritas, 3º Callos, 4º Carne guisada, 5º Cordero guisado con patatas, postre helado, queso de la Peral o Arroz con Leche, café y unas botellinas de Orujo, Orujo de hierbas y Orujo de miel para servirse lo que uno quiera. Se puede repetir de todo.